Ladrones invisibles

Imagen: Carlos Larrainza

Entró en comisaría con el casco pegado a la frente, con las piernas apretadas en mallas color chillón, la tensión en las manos al sacar los guantes. Entró en comisaría acompañando a un hombre mucho mayor que él. Subió las escaleras rápido, guiando a la víctima. Llamó a la puerta de la inspectora de policía escoltando a su padre.

Pudo haber sucedido en cualquier comisaría de España, pero sucedió en Logroño, un 18 de marzo de 2021, a las 13:33 de la tarde. El hombre al que acompaña el ciclista es un jubilado de 73 años al que han robado 70.000 euros. Llegan para contarle a la inspectora jefe de la Policía Nacional que pasó una tarde en la que el teléfono móvil se volvió loco; vibró, se apagó y se calentó tanto que llegó a quemar en las manos. Llegan para contarle que el aparato volvió a encenderse justo antes de que el hombre de 73 años hiciera clic en un mensaje entrante sin remitente conocido.

“Solo un 3% de los ciberdelincuentes son condenados”, lo dice Silvia Barrera, policía experta en delitos informáticos. Me lo cuenta en su despacho, frente a la pantalla de su ordenador, entre pilas de denuncias, recortes de prensa y papeles blancos pinchados en la pared abarrotados de círculos rojos, flechas, números, fotos. Me lo cuenta mientras maneja el ratón y hace bailar miles de cifras sobre el fondo blanco del monitor. Los datos son ahora huellas; las manchas de sangre, los nuevos rastros. Las pantallas de las computadoras son las modernas escenas del crimen. En el último año se han producido 216.000. Es la cifra oficial que camufla la realidad: “muchas víctimas no denuncian por miedo o por vergüenza. Está cambiando la manera de cometer delitos. Todo empezó en 1995, llevamos 26 años viendo cómo crece la delincuencia en internet, pero no se han destinado recursos. No es una moda. Es en la mensajería instantánea donde captan a las víctimas, en los mensajes directos de las redes sociales, en las páginas que ofrecen chollos en la red, en las aplicaciones de compra y venta entre particulares”. Silvia Barrera es una máquina de dar respuestas.  ¿De todos los delitos que investigan, cuántos se podrían evitar?, acierto a preguntar, “el 90% “, contesta, “si la gente supiera detectar…” prosigue, “solo de los pagos por adelantado que se hacen por internet se podría escribir una enciclopedia”, zanja. Lleva el pelo negro recogido, la mascarilla quirúrgica -también negra- le oculta el rostro. Tiene 47 años, dirige un grupo de seis policías especialistas en ladrones que ya no necesitan entrar en casa ni burlar la alarma ni tironearte el bolso ni sacar la navaja… Los cacos, carteristas, rateros, descuideros, chorizos, mangantes, saqueadores, timadores, atracadores, usureros, maleantes, estafadores se ocultan ahora en la red. 

Entonces descubro que lo que le sucedió al hombre de 73 años en Logroño, le ha pasado también a Javier: perdió 60.000 euros al descargarse una aplicación que encriptó el trabajo de 18 años de la empresa que dirige. Además, le robaron las claves del banco y 900 euros comprando en la red. Y a Rafa:  secuestraron los datos de su sombrerería y le han duplicado su página web. Y a Esteban: le suplantaron la identidad para que abonara, en nombre del ayuntamiento donde trabaja, una factura de 83.000 euros. Y a Amaia: los ladrones la llamaron por teléfono haciéndose pasar por técnicos de la empresa Microsoft para acceder a sus claves personales.

Entonces pienso en las claves de mis cuentas bancarias, en las del correo, en la de la tarjeta de crédito, en que he dejado abiertas las aplicaciones en mi ordenador en casa, en el pin del teléfono móvil apuntado a boli en la agenda. Entonces pienso en el hombre de 73 años que llegó acompañado a la comisaria de su hijo, el ciclista, y que no quiso darme su nombre porque desde que los ladrones invisibles le dejaron sin blanca no ha podido dormir. Entonces me doy cuenta de que cualquier conexión a la red es una puerta abierta, de que he llegado hasta aquí con un desconocimiento inconsciente: no sé nada. Y ni siquiera sé que no sé.

https://www.rtve.es/alacarta/videos/comando-actualidad/ciberdelincuencia-sumario-comando-actualidad-ladrones-invisibles/5857270/

Imagen Carlos Larrainza.



Una respuesta a “Ladrones invisibles”

  1. Hola Silvia:
    En los casos que mencionas las víctimas de los ciberdelincuentes han sido personas individuales, personas humildes, jubilados que han perdido sus ahorros,….cuanto más humildes son las víctimas más trágica parece la noticia pero no hay que olvidar que hay organismos oficiales, entidades de todo tipo y empresas que son víctimas también de la ciberdelincuencia y que casi siempre lo son por descuidos, negligencias, ignorancia, ingenuidad de un solo trabajador o empleado o por no darle la importancia que merece a disponer de los medios técnicos adecuados. El desarrollo va imponiendo inexorablemente que caigan en nuestras manos una serie de tecnologías que ni dominamos ni conocemos en profundidad. Por eso la formación sobre su uso es fundamental. Para conocer más recomiendo: https://www.incibe.es (Instituto Nacional de Ciberseguridad).


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